Aire, el cuarto en nuestro ciclo sobre los cuatro elementos y sus analogías con el ser y la salud.

En nuestro camino sobre los cuatro elementos, llegó el turno del elemento aire. Hasta ahora hemos comentado sobre tierra, agua y fuego, siguiendo un orden acorde a su densidad y su relación con los chakras o centros bioenergéticos de nuestro cuerpo, así como a nivel zodiacal.

El elemento de la libertad

Entre todos los elementos, el aire es aquel que de mejor manera expresa la libertad del ser. Simboliza el equilibrio, la neutralidad, la sabiduría y la visión desde la suprema conciencia… la visión desde las alturas. Por esta razón, no es casualidad que importantes monasterios, espacios para el retiro espiritual, entre otros templos para la meditación se encontrarán -y aún hoy en día se instauren- en sitios tanto apartados de las ciudades, como en ubicaciones muy altas y lejos de climas calientes, pues el elemento aire permite el despertar de estas características.

Nuestra experiencia humana es multidimensional y dentro de esta realidad de nuestra conciencia es necesario -y existe- un factor de equilibrio y balance entre estas dimensiones. Aquella persona que permite cultivar paz en su vida y auto-conocimiento para realizar decisiones y acciones que combinen lo oportuno y lo moral triunfa en poder ser feliz. El trabajo del elemento aire y la comunión con su esencia es necesaria para una humanidad en armonía. Esto se debe a que una persona o sociedad encerrada en el idealismo y el intelecto sigue atrayendo su contraparte materialista y animal pero desde el sufrimiento, tanto dentro de sí mismo como en su entorno.

Al hablar de equilibrio, es necesario recordar la asociación del elemento aire con el cuarto chakra y el centro del corazón. Éste representa el núcleo de nuestra conciencia humana. El mandala de la Estrella de David o de 6 puntas, simboliza eso: el centro donde se reúnen cielo (triángulo apuntando hacia abajo) y tierra (triángulo apuntando hacia arriba). Cuando respiramos consciente y equilibradamente, nuestras funciones orgánicas se alteran, el estrés se reduce y podemos ver las situaciones con mayor claridad. Podemos ser conscientes de la polaridad de todas las cosas y entender ambas partes de algún problema o discusión.

Las personas que logran profundizar y desarrollar maestría personal en esta facultad de su vida comparten todas o algunas de las siguientes costumbres y características:

  • Es compasiva: El aire se vincula al centro del corazón. A diferencia de la creencia popular que lo asocia demasiado a las relaciones íntimas (que nacen del segundo chakra), tiene que ver con la capacidad de conocerte a ti mismo y estar en paz con esa identidad, y ser compasivo contigo mismo y claro lo que sientes. Una vez que esta autocompasión se establece, fluye por sí sola hacia los demás y eres capaz de ‘ponerte en los zapatos del otro’ automáticamente. Con compasión no nos referimos a lástima, que es un sentimiento de inferioridad donde la persona se desprestigia a si misma, creyéndose merecedora del sufrimiento.
  • Comparte y es generosa: Una persona con equilibrio en este elemento es capaz de abrirse al mundo y compartir desde su ser, honrada y sinceramente. Comprende que sólo dando es capaz de multiplicar lo que recibe (aunque poco piense en recibir) y este dar va mucho más allá de lo financiero (que es una reciente creación del hombre). Se trata de entregarse a sus convicciones, a sus sueños y dar todo de sí mismo y compartir los frutos con los demás. A fin de cuentas, todos compartimos ‘el mismo aire’.
  • Es justa y ‘contagia’ la paz: Al reconocer que el otro eres tú, comprendes la situación del otro y sin perder tu propia identidad, eres capaz de tomar decisiones que beneficien a todas las almas. Esto sólo es posible en la medida en que la persona permite abrir su corazón, pues se trata de justicia consigo mismo en primer lugar. Esto no significa, sin embargo, que no pueda tomar decisiones fuertes o radicales, siempre y cuando lo haga desde lo humano y con conciencia moral, es decir, ser consciente de su propio ego e impulsos sin que estos lo dominen y le hagan olvidar de sí mismo. Domina la neutralidad pero sin caer en la frialdad y contagia la paz porque es un ser en paz consigo mismo.
  • Mantiene una práctica espiritual: Con práctica espiritual no nos referimos simplemente a religiones, meditaciones o yoga. Nos referimos a cualquier actividad o espacio de calma donde el ser es capaz de encontrarse y expresarse a sí mismo, y puede ser de muchas maneras: deporte y actividad física, artes, compartir con familia y verdaderos amigos con empatía emocional, entre otros. El compromiso y práctica disciplinada con lo que represente a cada persona esta conexión consigo mismo da bases sólidas a su felicidad, cualquiera que sea su realidad externa.

 

Trascender el apego

El elemento aire permite entender que esta vida y este cuerpo son pasajeros, así como las cosas que llegan a nuestras manos. Podemos conectarnos con personas y objetos como parte de nuestra experiencia humana, pero sabemos que nuestra seguridad y felicidad va más allá de cualquier dependencia.

Al tratarse de una relación de pareja, el individuo sabe establecer límites para su propio desenvolvimiento y atraerá a una persona con la misma auto-confianza, los celos serán superficiales o nulos. Con este aspecto deben tener cuidado los que se apegan al desapego: aquellas personas que por llamarse espirituales o elevadas, se olvidan de la realidad del mundo, familia, sexualidad, etc.. Cada persona es distinta y no juzgamos la realidad de nadie, pero cada quién debe preguntarse:

Si me retiro, ¿es porque soy libre o porque no quiero confrontar realidades concretas, apegándome a una creencia de liberación para hacerme el idiota?

Mientras más se responda esto con sinceridad, más libre será sin la necesidad de demostrarlo.

«El amor está en el aire»: La salud a través de este elemento

Como ya mencionamos, el elemento aire se asocia al centro de corazón principalmente. A nivel somático, el núcleo de esta dimensión es el sistema cardio-pulmonar y la zona del pecho o busto. Una de las primeras señales de una persona abierta y libre es que mantiene su pecho abierto y en expansión, y que además mantiene una respiración saludable. Signos como la falta de aire y poca resistencia aeróbica, problemas cardiovasculares, mucha mucosidad nasal, tensiones en la espalda media (columna torácica) y patologías como asma y neumonías son indicativos de fallas en esta dimensión.

También se encuentra vinculado el sistema inmunológico, que se encarga de las defensas del cuerpo, pues representa el equilibrio de nuestra relación con el mundo. Estar propenso a infecciones constantes, algunas patologías autoinmunes y alergias, son indicativos de que la persona se defiende o resiste demasiado ante algunos contactos con el mundo externo o todo lo contrario, después de tanto resistir a la fuerza, sus defensas ya no pueden más. Entre las herramientas principales para mejorar estos aspecto del ser y mantenerte verdaderamente vivo son:

  • Práctica de yoga y técnicas psicocorporales: Esta clase de prácticas permiten ajustar estos sistemas, porque te hacen tomar conciencia de la respiración como la raíz de todo movimiento y postura correctas. Cada postura de yoga o de prácticas similares tiene razón en alineaciones energéticas, y puedes amaestrarlas cuando tu respiración y conciencia están sanas en relación a las emociones y dimensiones que cada una de estas posturas representa. Asiste a nuestras clases de Yoga y pilates.
  • Auto-reconocimiento como ser espiritual: No somos seres humanos en una experiencia espiritual, somos seres espirituales en una conciencia humana. Suceden cosas en nuestra vida que nos alejan de esta realidad y, al hacerse crónica esta actitud, creamos costumbres para evitar ver dicha luz, incluyendo entre estas costumbres a la religión o espiritualidad obsesiva. Esto suele ser normal, pero es el desafío que escogemos como almas para evolucionar.
  • Técnicas de meditación: Este es otro recurso que facilita el contacto con el propio ser y la capacidad de ser sincero contigo mismo/a, diferenciando la voz de tu alma de los ‘pensamientos ruido’. Indicamos que son técnicas de meditación porque la meditación por sí misma es un estado que alcanzas y amaestras al dominar cada técnica. Conoce los principales tipos de meditación y dale una probada a nuestras clases de meditación en Madrid.
  • Pranayamas: Este ingrediente del yoga lo apartamos porque se refiere a ejercicios de respiración consciente, que van más allá de una respiración larga y profunda. Los pranayamas son técnicas poderosas para recuperar la salud y el rendimiento en cada una sirven a su vez, como auto-diagnóstico. Prácticas como los abdominales hipopresivos son una excelente alternativa para mejorar tu salud digestiva y cardiovascular.
  • Alimentación: existen algunas comidas que van en contra de nuestra espiritualidad y sana expresión del ser, tanto por ser demasiado densos y pesados (como en el caso de las carnes rojas), como por su grave impacto en el sistema inmunológico (granos, cereales y lácteos) y debes evitarlos. Lee aquí por qué.

Abrir el corazón es sinónimo de una vida más feliz y contacto con tu identidad verdadera. A veces es difícil por lo miedos que esto esconde.

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