Invierno, temporada que deja huella en la piel. Te contamos pequeñas acciones que la mejorarán y protegerán, para que esté sana y sin signos de sequedad.

La piel necesita estar hidratada para mantenerse suave y con elasticidad. Durante los meses con bajas temperaturas esta función se convierte más difícil para el cuerpo, pues existe una carencia de humedad tanto en climas de interiores como en aquellos en exteriores.

En este articulo te vamos a contar qué hacer para ganarle la batalla al clima. ¡Adelante!

Evita baños con agua caliente

En climas fríos, se convierte tentador para muchos el llegar a casa y tomar una ducha larga y caliente. Si bien esto suena como una buena idea, el doctor Stephen Stone de la Academia Americana de Dermatología demuestra que el estar en agua caliente por largos períodos de tiempo reseca extremamente nuestra piel, por lo que lo recomendado para la temporada son baños cortos de agua más fría que tibia.

Hidrata e inverniza tu dieta

Durante el invierno es importante hidratar la piel desde el exterior e interior. Debemos ajustar nuestras comidas para satisfacer los nutrientes específicos que nuestro cuerpo necesita.

Lo principal para mantener la piel hidratada es el agua, ésta puede ser fría o caliente, antes de dormir o al despertar, lo importante es un consumo diario de mínimo dos litros. Evita las bebidas con cafeína pues el efecto diurético que tienen deshidrata y resecan tu piel.

  • Aguacates: Los aguacates son una fuente excepcional de vitaminas C, E y grasas monosaturadas, ¡Lo que se necesita para revitalizar la piel recuperando flexibilidad y suavidad!

piel invierno

  • Pescados ricos en omega 3 y selenio: El omega-3 es un aceite esencial que nuestro cuerpo no puede producir y por ende debe ser consumido, se encuentra en pescados como el salmón, la macarela, el arenque, las sardinas y también en las anchoas. Entre muchos otros beneficios, fortalecen tus células corporales ayudando a renovar la piel seca producto de la falta de humedad del ambiente. A su vez, cierto grupo de pescados de agua salada como el atún, el bacalao y el pago rojo contienen selenio, un antioxidante que preserva la elastina propia de la piel lo que convierte su consumo en pieza clave para mantener tener una dermis fresca y juvenil. Es importante evitar el pescado frito (las grasas en el aceite de freír son terribles para tu piel) y siempre optar por opciones más sanas como aquellas a la plancha, al horno o asadas.

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  • Verdes oscuros: Cuando se conocen todos los beneficios para la piel de parte de las verduras verde oscuras como la espinaca, col rizada, rúgula y demás, se hace imposible no amarlas y añadirlas cada semana al coche de compras en el mercado. Al consumirlas se ingieren importantes cantidades de hierro, vitamina A, B, C y E, así como también con el ácido graso omega-3. Los fotoquímicos y folatos que tienen son esa ayuda idea para hidratar la piel y mantenerla saludable.
  • Aceite de oliva extra virgen: Una mina de vitamina E y grasas saludables, suaviza e hidrata la piel profundamente al consumirlo o aplicarlo tópicamente.

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  • Frutos secos y semillas: Ellos son ideales para hidratar y promover la elasticidad de la piel, regenerando sus células. Contienen ácidos grasos omega-3, vitaminas A, B y E, grasas monoinsaturadas, y una gran cantidad de antioxidantes. ¡Así que a comprar almendras, nueces, semillas de calabaza, semillas de lino y semillas de girasol, para recuperar una piel hermosa!
  • Frutas densas en agua: Se le puede dar un toque dulce a la vida protegiendo e hidratando la piel. Las frutas son sinónimos de vitaminas A y C y antioxidantes que promueven la producción de colágeno para que el invierno no sea una excusa de no tener una piel radiante. Ideales son los mangos, pomelos, piñas, arándanos así como también las sandías, fresas, naranjas y frambuesas.

Cuida lo que escoges como segunda piel

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Se debe procurar que la primera capa de ropa que se utilice, esa que tiene contacto directo con la piel, sea hecha de 100% algodón natural o telas similares pues los tejidos estéticos no dejan respirar a tu piel, haciendo que se irrite y desmejore su apariencia.

Ducharse una vez al día

Una vez al día y no más. Se podría pensar que si nuestro cuerpo necesita hidratarse la solución es bañarse, sucede que es el caso contrario.

En la superficie de la piel existe una capa de 0,03 milímetros de grosor conocida como el manto ácido. Compuesta por una combinación de sudor, aceites liberados por las glándulas sebáceas (sebo) y los que provienen del proceso normal de la formación de la piel; esta mezcla actúa como una barrera a las bacterias, virus y otros contaminantes que podrían penetrar la piel y principalmente, mantiene nuestro pH equilibrado.

El potencial hidrógeno o pH mide la alcalinidad o acidez que tiene cada sustancia. El baño podrá mantener la piel temporalmente hidratada, pero como el cuerpo tiene un pH inclinado al lado ácido mientras los jabones y el agua en regla general son alcalinos, se crea un desbalance en el pH de la piel que hace que el manto ácido se rompa y por ende, la piel se reseque. En otras palabras, lo que parece ser una solución momentánea, a la larga se convierte en contraproducente.

Modifica tu calefacción

piel invierno

Piel seca debido al clima es la consecuencia de la baja humedad del ambiente. En invierno te mueves de exteriores sin humedad, a interiores con calefacción central que producen aire seco. ¿Qué humedad puede entonces retener nuestra piel en esta temporada? Una buena idea es utilizar humidificadores en el hogar, son relativamente económicos y te sirven para mantener el ambiente fresco en todos los rincones de tu casa para el beneficio de tu piel y la de los tuyos.

Consiente tu piel

Es importante entender que el cuidado que se le es dado a la piel durante el verano no debe ser el mismo al dado en invierno, puesto que al cambiar el clima también cambian las necesidades del cuerpo.

Después de ducharte, múdate de cremas ligeras y libres de aceite (que son ideales para climas húmedos) a cremas de reparación o hidratación profunda, que son más pesadas. No debes olvidar darle una mano a tus manos, sé aplicada con la aplicación y reaplicación de hidratantes cada vez que te laves la manos, por lo que se recomienda cargar un hidratante específicamente para esta parte del cuerpo que tanto dice de la edad en la bolsa, oficina y en cada baño de la casa.

La única loción que se puede no variar durante los 365 días del año, que no temperatura es el protector solar. Es un error pensar que como no es época de bikini las pantallas solares no se necesitan, cuando lo cierto es que aunque esté nublado y no veas a la estrella mayor, tu piel está siendo afectada. El resultado no es solo una piel de apariencia seca, más allá de eso aparecen las líneas, arrugas, enrojecimiento, manchas de la edad, la piel flácida, e incluso el tan dañino melanoma. Seguro es que dentro de un año, agradecerás haber empezado hoy con el hábito de utilizarlo todos los días.

También es importante tomar precauciones a la hora de ir a practicar deportes de invierno, éstos se realizan a altas alturas, donde los rayos UV son más intensos, y por ende el protector solar se debe aplicar cada dos horas.

En fin, tu piel es un órgano que refleja tu salud y bienestar integral. Puedes asistir a nuestras terapias y tratamientos de estética de la mano de nuestros profesionales especializados, para darle un espacio al cuidado de tu piel y tu rostro.

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