Existen creencias justificadas y no tan justificadas del yoga y las terapias naturales |
El uso y práctica del yoga y las terapias naturales en sus diversas corrientes en las cuáles se han diversificado con el pasar de la historia, han dejado un legado enorme a la humanidad en herramientas para la recuperación de la salud y la elevación de la conciencia. Esto es posible, gracias a la comprensión multidimensional del ser humano que se encuentran en dichas herramientas, canalizadas por sabios a través de los siglos y que aún hoy día funcionan, pues van dirigidas a reconectar al individuo con su esencia humana y alinear su voluntad con su propósito divino.
Sin embargo, es normal que surjan prejuicios o experiencias de practicantes que, si bien puede ser ciertas, no deben ser generalizadas a todas estas disciplinas y aclararemos las principales en este post.
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El yoga: ¿Una carrera por una postura perfecta?
El yoga, a diferencia de un deporte, utiliza las posturas como una herramienta para la auto-observación y crecimiento personal. Cada ejercicio, ya sea por sí solo o acompañado con otros ejercicios dentro de una serie, van asociados a un propósito de desarrollo humano y expansión del ser, además de la toma de conciencia de problemas de salud y sus raíces psico-emocionales.
La calidad o dificultad con la que realices cada uno de éstos ejercicios, tiene una relación implícita con lo genuino que permites manifestarte en cada una de las facetas de tu vida con las que trabaja la postura o set en cuestión. Por esta razón, es que una clase de yoga no es una competencia ni un deporte (si bien todo deporte practicado con honradez comparte algo de yoga). A un verdadero maestro no le interesa que entres con poca elasticidad o resistencia, ni te valorará más que otros estudiantes por alcanzar un gran nivel. Lo más importante es tu disposición a aprovechar una clase o rutina yóguica para tu auto-superación, y que este efecto no se perciba sólo durante la clase y en las horas siguientes, sino en cada uno de tus días. El objetivo real de todo yoga, es que descubras cómo la conexión mente-cuerpo al encontrarse en equilibrio y armonía, es la base que permite de manera simultánea la felicidad integral de tu ser.
Algunos practicantes se enamoran de la práctica y la llevan a su casa, pudiendo trabajar meditaciones y posturas específicas de manera diaria. Esto, al igual que un deporte, es súper-beneficioso debido a que fomenta la disciplina y compromiso, fortaleciendo así la voluntad y el carácter. Los problemas suelen surgir cuando se enfoca demasiado en la asana, kriya o meditación y se olvida de mantener en conciencia del aquí y ahora fuera de esa práctica: exteriorizar en acciones lo asimilado. Ahí es cuando es cuestionable la práctica pues se involucra al ego. Es un proceso personal -a veces necesario- dentro de la enseñanza por un período de tiempo, en el que la misma salud integral de la persona podrá ser indicador de si se está ‘pasando de la raya’: lesiones, patologías orgánicas, aislamiento social o intelectualización afectiva, por colocar ejemplos.
Algunas filosofías persiguen el desapego del mundo civil común, pero la idea de la mayoría de las prácticas actuales (y que promovemos en Alzentro) está en usar estas disciplinas para fortalecer los pilares de tu felicidad y no en abstraer a la persona de la realidad. Trabajas el desapego para ver más allá de las ilusiones del consumismo actual y entonces adaptarse al entorno y a los cambios, liberándote de identificar al ego con status sociales o pertenencias.
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¿Estas prácticas son una secta o religión?
En la actualidad, existe un malentendido sobre el yoga y terapias naturales y su raíz en corrientes espirituales, provenientes de otras partes del mundo (India, Asia oriental y Sudamérica como los más famosos). Hay que aclarar que dicho rol religioso ha cedido y no siempre está presente. Prácticas como el reiki, taichí, yoga, entre otras; han sido expandidas gracias a la globalización al servir de herramientas para la evolución armónica de la humanidad en esta nueva era. Aunque compartan raíces con religiones y culturas, la razón principal de su difusión en el mundo actual es que resuenan con la dimensión de consciencia a la que la estamos entrando desde hace varios años. El objetivo real es la conexión contigo mismo y la sanación que nace de una felicidad completa, al vivir tus emociones (como hablamos en otro articulo) y tu realidad a plenitud, no la filiación a una doctrina.
Si una clase de yoga o escuela terapéutica está acentuándose demasiado en el seguimiento de algún dogma o implementando –más allá del reconocimiento o agradecimiento- alguna adoración o deificación a alguna figura, debes estar claro de las siguientes posibilidades:
- Es un estilo que lo incluye obligatoriamente (religión) o,
- El instructor está saliéndose de los moldes esenciales de la práctica a la que asistes o entendías que estabas asistiendo, y que puedes buscar otro profesor antes de prejuiciar la práctica, u otra alternativa que se adapte mejor.
Cabe destacar que algunas ramas tradicionales del yoga y sanación utilizan por lo menos algún mantra de inicio y de cierre, y éstos se encuentran vinculados a dichas culturas. De la misma manera en que algunos le den connotación religiosa, el propósito básico de la ciencia del Naad -es decir, el arte de los mantras- es limpiar el entorno a través de las vibraciones que de él resultan, de la misma manera en que la resonancia de los mismos en tu cuerpo armonizan tu ser al entonarlos de manera correcta. Aunque hay algunos de ellos con relaciones directas con deidades, existen estilos como el Hatha Yoga que solamente incluyen mantras con los propósitos terapéuticos que ya describimos.
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El legado espiritual (que no es sinónimo de religioso) de estas prácticas tiene por intención recordarle al practicante que somos una especie que va más allá de la simple conciencia material, individualista y animal. Que tenemos el potencial de ser conscientes de que existe una mente colectiva que nos interconecta a cada instante y que, al armonizarnos con él, podemos vivir la vida con mayor gracia, éxito y siendo auto-determinados, respetando a los demás no sólo por moral o ‘deber ser’, sino al sentirlos como una extensión de uno mismo. De la manera en que trates a otros les estás tratando a ti mismo.
Existen los que entran y terminan involucrados en otra religión, pero esto debe ser por intención y fluir personal. Un maestro no estará detrás de estudiante alguno para formar parte de una religión o se parezca a un integrante de la misma. Lo máximo que entra, dentro del respeto, es vivir y hablar desde el ejemplo y agradecer a su maestro predecesor o referente, sin persuadir a otros a hacerlo. Está entendido que en yoga y terapias naturales se ofrecen distintas filosofías y estilos de vida, pero ofreciéndolos por la utilidad y la tecnología para la que funcionan, desde el ejemplo.
Donde sea que nazcas, creces rodeado de influencias actitudinales, culturales y religiosas a las que muy difícilmente escaparás. Estas son enseñadas a las personas sin preguntarle si están de acuerdo o no. Cuando se entra a prácticas que van dirigidas verdaderamente a la auto-exploración, no buscan ‘cambiarlo de bando. Procuran limpiar al sujeto de todo lo que lo excluye de la felicidad, y en este proceso la persona puede encontrar patrones incorrectos que deben soltar o que las religiones y dogmas más difundidos en la era moderna suelen separar y clasificar a la humanidad más que unificarla.
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